Imagina que estĆ”s en una tienda de juguetes. EstĆ”s ahĆ, viendo un muƱeco genial o un cochecito super guay, y el vendedor te dice: āEste es el mejor juguete del mundo, Ā”te va a encantar!ā.
Pero, Ā”espera! No te dice que a ese muƱeco se le caen los brazos cada vez que lo mueves. Ni que el cochecito tiene las ruedas flojas.
ĀæTe gustarĆa que te vendieran algo sin contarte todo lo que deberĆas saber? Pues eso mismo pasa en el mundo de las casas. Vamos a hablar de por quĆ© es sĆŗper importante que tanto el comprador como el vendedor entiendan exactamente quĆ© estĆ” pasando en cada paso. Porque, si no, alguien va a terminar enfadado. Y adivina quĆ©... Ā”ese alguien podrĆas ser tĆŗ!
ĀæQuĆ© es eso de la ātransparenciaā y por quĆ© te deberĆa importar?
Mira, cuando estĆ”s comprando o vendiendo una casa, no se trata de decir solo lo bonito. Es como cuando estĆ”s en el colegio y quieres contarle a tu profe cĆ³mo te fue en las vacaciones. No solo le dices āme la pasĆ© genialā, tambiĆ©n le cuentas si te caĆste de la bici o si te dieron un helado que no te gustĆ³. Todo, todo, todo importa.
Pues lo mismo con una casa. La transparencia es decir toda la verdad, sin esconder nada. Si estĆ”s comprando una casa, tienes derecho a saber si hay algo que no va bien, como si las tuberĆas estĆ”n viejas o si el vecino toca la baterĆa todas las noches. Y si estĆ”s vendiendo, tienes que decirlo tambiĆ©n, aunque pienses que a lo mejor no es lo mĆ”s chulo para que la gente quiera comprar. Porque, si no lo dices ahora, luego todo se lĆa y se vuelve un problema mucho mĆ”s grande.
Cada paso cuenta (y tĆŗ tienes que entenderlo todo)
A ver, te lo explico fĆ”cil: comprar o vender una casa es como armar un Lego gigante. Hay muchas piezas, y si una se te pierde, no va a quedar bien. AsĆ que tienes que saber quĆ© piezas tienes, quĆ© hacen, y cĆ³mo se juntan. AquĆ te cuento las mĆ”s importantes:
1. El precio de la casa (Āæde dĆ³nde lo sacaron?)
Si eres el vendedor, tienes que saber por quĆ© tu casa cuesta lo que cuesta. Si tu agente te dice un precio pero no te explica cĆ³mo lo calculĆ³, Ā”pum! Mal hecho. Es como cuando te ponen una nota en un examen pero no te dicen quĆ© hiciste mal. Tienes que entender por quĆ© vale eso, si lo compararon con otras casas del barrio o si estĆ”n usando un truco raro. Y si eres el comprador, lo mismo: necesitas saber por quĆ© te estĆ”n pidiendo esa cantidad. Ā”PregĆŗntalo todo!
2. Los honorarios (el dinero que va para el agente)
Esto es como cuando compras un helado, pero te cobran extra por ponerle chispitas. Es normal, pero tienes que saber cuĆ”nto te va a costar cada chispita. Si el agente te dice āesto es lo que cobroā pero no te explica por quĆ©, tienes derecho a decirle: āOye, Āæy esto quĆ© es?ā. Tienes que ver clarito cuĆ”nto te van a cobrar por vender la casa o por ayudarte a comprarla, y quĆ© van a hacer por ese dinero.
3. El papeleo (Ā”uff, quĆ© lĆo!)
AquĆ es donde todo se pone un poco mĆ”s complicado. Hay muchos papeles, firmas, cosas legales que parecen muy aburridas. Pero Āæsabes quĆ©? Tienes que entenderlo todo. No puedes firmar algo solo porque te lo piden. Si no sabes lo que estĆ”s firmando, pĆdele a tu agente que te lo explique como si fueras un niƱo (porque, a veces, los adultos tambiĆ©n necesitamos eso, Āæeh?).
4. El estado de la casa (no te quedes solo con lo bonito)
Mira, es como cuando compras un juguete. A lo mejor en la caja se ve perfecto, pero cuando lo sacas, te das cuenta de que tiene un rayĆ³n o le falta una pieza. Lo mismo pasa con las casas. Tienes que preguntar: āĀæEstĆ” todo bien? ĀæQuĆ© problemas tiene?ā Y si eres el vendedor, tienes que decir la verdad. Porque si no lo cuentas, al final el comprador se va a dar cuenta, y entonces todos se pondrĆ”n tristes (y puede que muy enfadados).
5. El tiempo que va a llevar (que no te tomen el pelo)
Ah, el tiempo. Siempre te dicen que serĆ” rĆ”pido, pero luego pasan semanas y nada. Si te dicen que una venta o compra va a durar un mes, asegĆŗrate de que te expliquen quĆ© va a pasar durante ese mes. Porque si no, te vas a quedar esperando y esperando, como cuando esperas que tu programa favorito empiece, pero nunca lo hace.
Ser transparente es hacer las cosas bien (y evitar problemas grandes despuƩs)
Imagina que vendes una casa y no le cuentas al comprador que tiene un problema en el tejado. Al principio todo parece perfecto, pero un dĆa llueve, Ā”y vaya sorpresa! El techo gotea. ĀæSabes quĆ© pasa entonces? El comprador se enfada, te reclama y hasta puede que tengas que pagarle por el arreglo. Y eso, amigo mĆo, es un lĆo mucho mayor que simplemente haber dicho la verdad desde el principio.
Y lo mismo para el comprador. Si compras una casa sin hacer todas las preguntas, luego no te quejes si hay cosas que no sabĆas. Es mejor preguntar mil veces y estar seguro, que quedarte con la duda y llevarte una mala sorpresa.
Por eso encontrar la transparencia inmobiliaria debe de ser uno de los requisitos exigidos como vendedor y comprador.
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